EL TELEGRAMA DE MELILLA, La Ciudad/11, Jueves, 26 de Julio de 2001


Sabira Mateen
Miembro de la ONG RAWA de Afganistán


"El integrismo es un Cáncer"

Por J. C. Heredia

No duda en calificar al integrismo como un "cáncer" que debe ser erradicado y combatido en países como Afganistán, del que huyó para defender los derechos de las mujeres, cercenados por el régimenTalibán. Sabira Mateen, que ayer acudió a la Universidad de Verano, consideró el peligro de un avance del fundamentalismo por la intolerancia de estos regímenes hacia otras confesiones. En un gobierno fundmentalista, según aseveró, no podría producirse el fenómeno interreligioso melillense, porque los "integristas no aceptan que otros no sean musulmanes".

Oculta su rostro y su verdadero nombre para poder denunciar la extrema marginación de la mujer en Afganistán, y ayer participó en el curso sobre Cooperación de la Universidad de Verano, abordando el problema de su país junto con el fenómeno integrista islámico, que supone un "cáncer" para la comunidad internacional.

Como miembro de la ONG RAWA Sabira Mateen justificó la necesidad de organización de conferencias y actividades divulgativas sobre Afganistán para dar a conocer el apoyo a las mujeres de ese país, sobre las que consideró que deben seguir trabajando por sus derechos fundamentales.

"Las mujeres en Afganistán deben deben saber que no están solas y que existe una resistencia muy importante desde dentro y fuera de nuestro país", afirma.

Avance integrista

Mateen recordó que el problema del integrismo empezó a ser reconocido por los países occidentales hace más de veinte años como un fenómeno "peligroso", cuyas consecuencias se reflejan en Afganistán, afectado por un regimen totalitario que perjudica a la infraestructurea social y económica establecida.

Frenar el avance del integrismo debe ser, en su opinión, un objetivo común de los países occidentales para evitar consecuencias irrevesibles. "Si no paramos el fundamentalismo en nuestro país puede extenderse a otras zonas del mundo", reitera.

Este avance del integrismo contrasta, según incidió, con la convivencia de diversas culturas en Melilla, que no podrían desarrollarse bajo un régimen fundamentalista.

"Los integristas no aceptan que otros no sean muslumanes, y enseñan a sus hijos que es imposible la paz con otros pueblos como los hebreos, estableciendo además una diferencia entre etnias y religiones por su creencia de superioridad frente al resto de sociedades".

La mujer marroquí

Pese a los "problemas" de discriminación existentes en el reino alahuita la situación de la mujer marroquí no puede en ningún momento ser comparada a la de Afganistán ni a la de otros países islámicos, al existir un mayor grado de aceptación e igualdad. "Las mujeres marroquíes tienen que luchar por su igualdad pero en Afganistán son tratadas como animales por el régimen Talibán, que las priva de los derechos más básicos".

En su conferencia dentro del curso de Cooperación la voluntaria de la ONG afgana recordó que las mujeres en ese país carecen de derechos como la asistencia snitaria y la educación, viviendo en una completa privación de libertad que les impide ser vistas desde el exterior de sus casas a través de las ventanas o salir a la calle sin un hombre. De esta forma insistió en que la mujer es la "principal víctima de la guerra" y reflejó que muchas de ellas están abocadas a la prostitución por la falta de recursos económicos, que ha incidido en un mayor número de suicidios.



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