PILAR SOLÍS
Metra oculta su identidad por motivos de seguridad. :: ANTONIO VÁZQUEZ
Afganistán suena a lejos, a otra realidad separada a miles de kilómetros que solo afecta si hay tropas española de por medio. Lo que sucede allí es historia de otro costal, algo que se pierde entre las secciones de internacional de los informativos. La cosa cambia cuando alguien como Metra, activista feminista y miembro de la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA) -que quiere ocultar su identidad por miedo a las amenazas de muerte que recibe a diario- viene a Cádiz para contar lo que realmente pasa en las tierras afganas. Para ella, que no puede ni siquiera decir su nombre real, polémicas como el uso del burka es lo de menos. «Tenemos problemas más importantes que eso».
-¿Cuál diría que es la realidad?
-Vivimos día a día con inseguridad porque los ciudadanos afganos siguen muriendo bajo las bombas. Hay mucha corrupción y la pobreza está creciendo, tanto que ya más del 80% de la población vive bajo el umbral de la pobreza. En el índice de desarrollo humano de las Naciones Unidas, Afganistán ocupa el puesto 181 de 182.
-La situación de la mujer en este país será peor, ¿no?
-Hubo una pequeña esperanza de cambio cuando cayeron los talibanes y llegaron las tropas extranjeras pero realmente la situación empeora día a día. Están aumentando los secuestros, las violaciones e incluso los suicidios entre la población femenina porque están desesperadas y no ven otra opción de vida.
-¿Cuál es el trabajo que desempeñáis desde RAWA?
-La asociación trabaja desde las escuelas ofreciendo educación a los niños, en especial a las niñas. Tenemos muy buena acogida porque nos ven como una oportunidad. Además ofrecemos talleres de artesanía para poder financiarnos.
-Esta labor no está muy bien vista por algunos sectores...
-Vivimos amenazadas, quieren coartarnos la libertad de expresión impidiendo que publiquemos nuestras informaciones. Nuestra líder fue asesinada en 1987, diez años después de que fundara la organización.
-Aún así organizáis actos públicos.
-Sí, celebramos varios eventos como el día de la mujer aunque las manifestaciones son muy peligrosas. También realizamos giras para dar a conocer la verdadera realidad de las mujeres afganas.
-¿El burka es un problema?
-No es nuestro principal problema, tenemos cuestiones más importantes de las que preocuparnos . De hecho, ahora lo aprovechamos y lo utilizamos para ocultarnos, por seguridad.
-¿Es optimista?
-Lo mejor que podemos hacer es concebir la esperanza del cambio. Ya hemos dado pequeños pasos aunque lo que realmente necesitamos es dar pasos de gigante.