Diario de Mallorc, 20 ENERO de 2001

Toda una vida bajo la amenaza de los talibanes

Behjat, activista por los derechos de las mujeres, relata su historia


Behjat
Behjat, a la izquierda, oculta su rostro por las amenazas que recibe.
Foto: Torrello

Montse Terrasa. Palma.

Behjat sale a la calle sin cubrirse con el velo, llamado burka, tiene estudios y un trabajo como representante de la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán, RAWA. No todas las féminas de su país tienen la misma suerte, ni siquiera tienen derechos.

La vida de Behjat es diferente porque a los diez años, ella y su familia huyeron de Afganistán tras recibir las amenazas de las tropas rusas que habían invadido el país con un emergente movimiento fundamentalista que poco después asumiría el poder. Como muchos otros en su situación, se trasladaron a Pakistán y allí, gracias a la organización RAWA, Behjat pudo acudir a la escuela y trabajar como activista. Estos días se encuentra en Palma invitada por el Govern.

No todas las mujeres afganas han podido estudiar y es impensable que trabajen. Desde que en 1992 los fundamentalistas llegaron al poder y entrenaron a los talibanes, quienes mandan en Afganistán desde 1996, las mujeres no pueden estudiar, ni trabajar y para salir a la calle deben ir acompañadas de su marido. “No les está permitido hacer ruido al andar, ya que podrían corromper al hombre”, añade Behjat. Si desobedecen en algo, lo mínimo que les puede pasar es que reciban una paliza en público. “El dolor físico no duele tanto como el insulto”, dice esta activista por los derechos de sus compatriotas, “El 90% de las mujeres sufren problemas psicológicos”.

También los niños son víctimas de los talibanes. La gran mayoría tampoco tiene derecho a ir al colegio y ha sido testigos directo de actos de barbarie y torturas. “Es una situación trágica. Se puede hablar de un segundo holocausto”, afirma Behjat, quien esconde su verdadera identidad y no se deja fotografiar por temor al régimen de los talibanes.

Además de la guerra, que ha azotado al país durante 20 años, la naturaleza ha castigado duramente a Afganistán. Un terremoto y la peor sequía de los últimos 30 años ha obligado a mucha gente a emigrar en los últimos meses. “30.000 refugiados han llegado a Pakistán y 18 niños han muerto de frío en el último mes, por tanto, el desastre es peor que nunca”, lamenta.




el conflicto: Negociaciones sin resultado y una paz que no llega

“La negociación con los talibanes no es la solución a nuestra situación. ¿Cómo la ONU puede negociar con criaturas con una mente medieval?”, se pregunta la representante de RAWA. Para esta asociación, la actuación de Naciones Unidas “no es nada satisfactoria”. Este colectivo de mujeres tiene muy claro que la única forma de acabar con esta situación es interviniendo en el país y eliminando a los fundamentalistas del poder..


http://www.diariodemallorca.es/malhoy01120/mallorca/26Mallorca.html





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